Significado del Ave María

Oración - Ave María

Una oración para siempre

El Ave María es una oración muy profunda que tiene sus origines en las Escrituras en el Evangelio de Lucas y que ha soportado siglos de intrigas, ataques y dificultades, pero que hoy continúa siendo tan fuerte, viva y necesaria como el primer día. Se trata de una oración de esperanza para todos los que sufren y se sienten solos y perdidos. En su sencillez, podemos encontrar consuelo y dirección para familias, comunidades e individuos, que buscan la intercesión de María.

Historia

No está claro cuándo y quien la redactó. La primera vez que aparece impresa es en 1495 en la obra Esposizione sopra l’Ave Maria de Girolamo Savonarola donde la oración está impresa en la primera página en latín tal como sigue:Ave Maria impresa por primera vez, Esposizione sopra l'Ave Maria

Ave Maria gratia plena Dominus tecum Benedicta tu in mulieribus et benedictus Fructus ventris tui Iesus Sancta Maria Mater Dei ora pro nobis peccatoribus nunc et in hora mortis nostræ Amen.

En 1568, el Papa Pío V, en la Liturgia de las Horas, impuso a todos los sacerdotes a recitar el Padre Nuestro seguido de un Avemaría al comienzo de cada hora del Oficio Divino.

Un llamado renovado

El Papa San Juan Pablo II describe amorosamente el Ave María en su carta apostólica Rosarium Virginis Mariae como una oración que ofrece alabanzas a Jesucristo, y nos dice que “el acto de amor…. Se dirige a Jesús”. San Juan Pablo II aclara que esto lo hacemos con María y por María, de la misma manera que Cristo vino al mundo por María y por el “si” que Ella le dio de Dios.

Tal como ocurre con todas las devociones a Nuestra Virgen Santa María, Ella siempre orienta nuestra mirada a su hijo Jesús. Ella no desea ni mantiene la atención. El Ave María es un ejemplo de la labor fundamental de Nuestra Madre: ayudarnos a tener a Jesús como el centro de nuestras vidas e interceder por nosotros ante sus Hijo.

Estructura de la Oración

La sencilla estructura del Ave María consta de dos partes y comienza con una alabanza dirigida a Dios. En la segunda mitad, pedimos a María que ruegue por nosotros, en momentos de necesidad y en momentos de alegría.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos indica que la primera parte del Ave María “engrandece” al Señor por las “maravillas” que ha hecho en su humilde esclava (Ver Lc. 1, 46-55) y la segunda parte “confía a la Madre de Jesús las suplicas y alabanzas de los hijos de Dios (CIC, 2675).

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo.

Las primeras palabras del Ave María (Dios te salve María, se encuentran en el Evangelio de Lucas, cuando Dios saluda a María por medio del ángel Gabriel (Lc. 1, 28). María es llena de gracia porque “esta colmada de la presencia de Aquel que es la fuente de toda gracia”. Mediante esta plenitud de la gracia, María “se ha dado toda al que viene a habitar en ella y al que entregara al mundo” (CIC, 2676).

Asimismo, Santo Tomas de Aquino nos enseña que María es un ejemplo de humildad en Lucas 1,38 cuando proclama, “Yo soy la esclava del Señor”, siendo un ejemplo de todas las virtudes en nuestro camino hacia la santidad.

En otras palabras, fue Dios mismo (mediante el ángel Gabriel) quien dijo primero estas palabras a María, enfatizando la plenitud de la virtud. El Papa San Juan Pablo II incluso dijo que las palabras del Ave María expresan “la administración del cielo y de la tierra y, en cierto sentido, dejan entrever la complacencia de Dios mismo al ver su obra maestra – la encarnación del Hijo en el seno virginal de María” (Rosarium Virginis Mariae, 33)

Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

En la siguiente estrofa, tomada del primer capitulo del evangelio de San Lucas (Lc. 1,42), repetimos las palabras de su prima Isabel, quien se refiere a María como “bendita entre las mujeres”. Nuestra oración continúa reconociendo la bendición que María lleva dentro de su vientre a Cristo Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

En la segunda mitad de la oración, y con Jesús en el centro de nuestra plegaria, buscamos la amorosa intercesión de Santa María la Madre de Dios. Le pedimos que ruegue por nosotros ante su Hijo, sabiendo que Ella se encuentra en la presencia de Jesús en el cielo. La diferencia al buscar la intercesión de María es que Dios mismo la ha reconocido al decir: “el Señor está contigo”. (Lc. 1, 28)

Tema de fondo para otras Oraciones

Debido a que tiene la capacidad de acercarnos a Jesús Mediante la intercesión de su Madre, el Ave María nos ofrece el tema de fondo para otras oraciones populares como el Rosario y el Ángelus. El Rosario en particular es una oración de los Evangelios, y contiene en su núcleo los misterios y las narraciones de la vida de Jesucristo. Cuando rezamos el Rosario, es común que la repetición de las Ave Marías se convierta en una especie de música de fondo para nuestras meditaciones contemplativas de los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos, mismos que están basados en las Escrituras.

Si recitamos las palabras del Ave María con fervor, en lugar de repetirlas de manera superficial, podemos compartir el gozo de Dios mismo, quien dirigió estas palabras a la Madre de sus Hijo mediante el ángel Gabriel y Santa Isabel.

Cuando rezar el Ave María:

  • Decir un Ave María al levantarnos por la mañana y comenzar el día.
  • Al salir de casa, para pedirle su protección y compañía en el camino.
  • Al rezar el Ángelus a las 12 del día y a las 6 de la tarde.
  • A la hora de la comida para enseñar a nuestros hijos.
  • Al rezar el Rosario.
  • Ante un crucifijo o una imagen suya.
  • Antes de dormir por la noche.
  • Rezar el Ave María cuando manejamos nuestro auto.
  • Cada vez que necesites apoyo o por una persona que sufre.

Podemos encontrar la palabra María en alguno de estos pasajes:

  • Lucas 1:27. ‘A una virgen desposada con un hombre que se llamaba José, de la casa de David. La virgen se llamaba María ‘.
  • Lucas 1:34. ‘Entonces María le dijo al ángel: —¿Cómo será esto? Porque yo no conozco hombre’.
  • Lucas 1:38. ‘Entonces María exclamo: —He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo según tu palabra. Y el ángel se fue de ella’.
  • Hechos 1:14. ‘Todos ellos perseveraban en la oración con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María la madre de Jesús y de sus hermanos’.
  • Romanos 16:6. ‘Saluden a María, quien ha trabajado muy fuerte por ustedes’

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Santo Rosario

El Rosario, es la oportunidad que tenemos todos de experimentar en la fe ese amor a Dios en María Santísima