Día 8 – Novena de Nuestra Señora de la Esperanza (Pontmain)
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Jaculatoria
Santísima Virgen María, Madre de Gracia, Esperanza del mundo, Escucha a tus hijos, que aclaman a ti.
Oración Inicial
Oh Dios, que por la maravillosa protección de la Santísima Virgen María nos has fortalecido firmemente en la esperanza, concédenos que te suplicamos, que perseverando en la oración a su amonestación, obtengamos los favores que devotamente imploramos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Meditación
Nuestra Señora de la Esperanza, te apareciste a los niños pequeños en Pontmain cuando las tropas prusianas avanzaban hacia el pueblo. Aunque sus padres y otros adultos no pudieron ver tu aparición, mostraste a los niños lo hermosa y alegre que eres. Les dijiste que se dirigieran a tu Hijo en oración.
Oración a Nuestra Señora de la Esperanza (Pontmain)
Oh María, Madre mía, me arrodillo ante ti con el corazón apesadumbrado. El peso de mis pecados me oprime. El conocimiento de mi debilidad me desanima. Estoy acosado por temores y tentaciones de todo tipo. Sin embargo, estoy tan apegado a las cosas de este mundo en lugar de anhelar el Cielo, me llena de pavor el pensamiento de la muerte. Compadéceme en mi angustia, oh Madre misericordiosa. Tú, que eres todopoderoso con tu Divino Hijo. Él nunca rechaza las peticiones de vuestro Inmaculado Corazón. Sé una Madre para mí siendo mi abogada ante Su trono. Oh Refugio de los pecadores y esperanza de los desesperanzados, ¿a quién me volveré sino a ti?
Alcánzame, pues, oh Madre de la Esperanza, la gracia del verdadero dolor por mis pecados, el don de la perfecta resignación a la Santa Voluntad de Dios y el valor de tomar mi cruz y seguir a Jesús. Suplicad a Su Sagrado Corazón el favor especial que os pido en esta novena.
(Mencione su petición aquí…)
Pero sobre todo te pido, querida Madre, que por tu poderosa intercesión mi corazón se llene de Santa Esperanza, para que en la hora más oscura de la vida nunca deje de confiar en Dios mi Salvador, pero caminando en el camino de sus mandamientos merezca estar unido a Él, ya vosotros en los goces eternos del Cielo. Amén.
María, nuestra Esperanza, ten piedad de nosotros.
Esperanza de los desesperanzados, ruega por nosotros.
3 Ave María