- Fiesta: Junio 4
- Patrona:Iglesia Universal
- Advocación: Atributo.
- Significado del Nombre: Abogada, auxiliadora y mediadora ante Jesucristo.
- Aprobación: Santa Sede (Vaticano).
Nuestra Señora del refugio de los pecadores es una advocación de la Santísima Virgen, como abogada, auxiliadora y mediadora ante Jesucristo. El papa Clemente XI fue quien concedió la coronación pontificia bajo este título.
Una de las advocaciones más veneradas de la Santísima Virgen, como Abogada, Auxiliadora y Mediadora ante Cristo Nuestro Señor, es la de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores, cuya fiesta se celebra el 4 de julio, pues fue un 4 de julio de 1719 cuando fue coronada con ese nombre. En efecto, el Papa Clemente XI, Sumo Pontífice en los primeros 21 años del siglo XVIII (de 1700 a 1721), fue quien le concedió la coronación pontificia bajo ese título: Nuestra Señora del Refugio de Pecadores.
La protección de la Madre
María Santísima, en su relación con el pecador, no pretende ocultar el pecado, ni disimular su gravedad, mucho menos crear una situación por donde el alma permanezca tranquila en su deplorable situación de pecadora. Ella va a suscitar en el alma las buenas reacciones al arrepentimiento y a comprender la necesidad de la penitencia.
El papel de la Virgen María como refugio. El alma busca una ayuda externa que solucione la tragedia en la cual se sumergió (pecado). No se muestra con una actitud dura, es la bondad maternal, atrayente, suave, conciliadora, comprensiva. La propia alma siente que Ella lo entendió, y la Santísima Virgen se comporta con el alma pecadora exactamente como la madre de un niño con culpa. Primero lo atrae para sí, y luego, con paciencia y bondad, le va mostrando el error cometido, con mucha dulzura y al mismo tiempo que señala el error, muestra cómo sanarlo. Nuestra Señora susurra en esa ocasión la necesidad y la sabiduría del sacramento de la confesión. La penitencia que impone el sacerdote no es un castigo que derrumba y abate, sino sobre todo la escalera que permite volver a lo alto.
María, refugio de los pecadores. En su regazo me refugio yo con el anhelo de no pecar más y sentirme así también más cerca del Señor.
Historia de la primera imagen
La Imagen de Nuestra Señora del Refugio, tal como la conocemos y veneramos, fue una copia especial que el Beato Antonio Baldinucci, misionero apostólico jesuita, mandó hacer tomada del original de la también célebre imagen, de Nuestra Señora de la Encina, la cual se venera en Poggio Prato, Italia. El Beato Antonio Baldinucci, en su celo por la conversión de los pecadores, quiso llevar consigo a Nuestra Señora del Refugio, y así la llamaba a través de sus correrías misioneras. Hoy, esa primera copia de Nuestra Señora Refugio de Pecadores, se conserva y venera en la ciudad de Frascati, al Sureste de Roma, camino a Nápoles, cuyo santuario es muy reconocido como centro de peregrinaciones.
La particularidad que la distinguía era la de ser Refugio de los pecadores y arrepentidos, así como la de ser especialmente mediadora ante su hijo Jesucristo para obtener el perdón de los más empedernidos. Este rasgo tan significativo ha hecho que haya crecido la afluencia de peregrinos.
Rasgos típicos de esta advocación
Desde los inicios de la devoción propalada por el Beato Antonio Baldinucci, se hablaba ya del rasgo peculiar que distinguía a Nuestra Señora en la advocación «del Refugio» que, por su intercesión y mediación ante el Único Mediador, Jesucristo Nuestro Señor, se constituía en seguro refugio de nuestro peregrinar en este mundo, con todos sus peligros, angustias y luchas. María es como refugio para alcanzar la gracia de la conversión de los pecadores, que buscaron su arrepentimiento y refugio en Nuestra Señora durante el proceso de su conversión. Tal devoción ha despertado siempre gran fervor en sus santuarios, donde se consignan milagros y conversiones espirituales significativas.
Su San Juan Pablo II, con su fervor mariano, cuando afirma «Ella despierta en nosotros la esperanza de la enmienda y de la perseverancia en el bien». Y Más aún, cuando insiste: «Ella nos permite superar las múltiples estructuras de pecado en las que está envuelta nuestra vida personal, familiar y social».
Oración a Nuestra Señora del Refugio
Santísima Virgen María Refugio de los pecadores, Tú que eres seguro cobijo en nuestro caminar por este mundo, con todos sus males, peligros, dificultades, angustias y luchas.
Tú que eres Abogada, Auxiliadora, Intercesora y Mediadora ante Jesucristo, nuestro Señor.
Tú que alientas en nosotros la esperanza de la enmienda y de la perseverancia en el bien.
Tú que nunca rechazas a nadie y a todos con bondad nos entregas tus gracias y favores, dame un corazón lleno de fortaleza y acoge con benignidad mis desesperadas y urgentes suplicas.
Concédeme, oh Reina del Cielo, que nunca se aparten de mi corazón el temor y el amor de tu Hijo Santísimo; que por tantos beneficios recibidos y por los que quedan por recibir, no cese de alabarle con humildes acciones de gracias.
Que a las innumerables culpas cometidas suceda una leal y sincera confesión y un firmísimo y doloroso arrepentimiento y finalmente, que logre merecer su gracia y su misericordia.
Por la confianza que tengo en ti puesta, te imploro con ardor que me ayudes, que me asistas y medies ante tu Sagrado Hijo para que pueda conseguir la gracia que ardientemente deseo y que ahora pido confiadamente con amorosa insistencia: (nuestras intenciones)
Nuestra Señora Refugio de pecadores, en ti pongo ahora y para siempre toda mi confianza a ti acudo Madre afable y llena de piedad solicitando tu bálsamo consolador para que mitigues mi dolor y me obtengas de Jesús que mis grandes problemas y necesidades presentes sean escuchadas y cuanto antes atendidas.
Pídele también, te suplico, el perdón de todos mis pecados y que viva y muera recibiendo sus bendiciones, así como gustando las delicias de tu santo Amor.
Amén.
Rezar la Salve, Padre nuestro, Avemaría y Gloria.