Nuestra Señora del Carmen

Nuestra Señora del Monte Carmelo

Ficha Técnica

  • Fiesta: Julio 16.
  • Patrona: Carmelitas y Marineros.
  • Advocación: Aparición.
  • Significado del Nombre: Jardín de Dios.
  • Aprobación: Santa Sede (Vaticano).
  • website: https://www.ocarm.org/

Sipnosis

Santa María del Monte Carmelo, referida comúnmente como Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen, es una de las diversas advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del llamado Monte Carmelo, en Israel, en la ciudad de Haifa, un nombre que deriva de la palabra Karmel o Al-Karem, que se podría traducir como ‘jardín’. Existen en el día de hoy en activo órdenes carmelitas repartidas por todo el mundo, masculinas y femeninas, las cuales giran en torno a esta figura mariana.

En el Primer Libro de los Reyes, se habla del profeta Elías, de la gran sequía que sufría el país y de los sacrificios ofrecidos en el Monte Carmelo. Fue entonces que Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo abandonarían al dios Baal para que El terminara con la sequía que asolaba a la región. Después de varias veces que Elías subió al momento, apareció una gran señal: “Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano” (1 Rey 18, 44).

A partir de entonces el Monte Carmelo ubicado al oeste del lago Galileo y cuyo nombre significa jardín se convirtió en un lugar sagrado, hasta donde llegaron a vivir ermitaños que se dedicaban a rezar y que con el paso de los siglos fueron llamados carmelitas.

Estos hombres que se entregaron a la oración y a la penitencia en el desierto, comenzaron con los años a invocar a María con el nombre de “Santísima Virgen del Monte Carmelo”.

En el siglo XII, los carmelitas vivían en el Monte Carmelo y construyeron la primera iglesia dedicada a la Santísima Virgen, y la congregación de los Hermanos de Santa María del Monte Carmelo, la que pasó a Europa en el siglo XIII luego de su persecución en Tierra Santa.

La orden se extendió a Europa y San Simón Stock superior general de la Orden se convirtió en el sexto general en 1245, cuando los carmelitas y el gobierno se trasladaron a Inglaterra desde Palestina. Según la tradición, a San Simón Stock se le apareció la Virgen rodeada de ángeles, el 16 de julio de 1251, en medio de grandes persecuciones contra la Orden, San Simón se arrodilló en oración a la Santísima Virgen en el convento de Cambridge. María, sosteniendo al niño Jesús, se le apareció y le entregó el escapulario marrón, una prenda suelta que se llevaba por encima de la cabeza, por la parte delantera y trasera, desde los hombros hasta las rodillas.

Escapulario Virgen del CarmenElla le dijo que recibiera el escapulario como un signo de un privilegio que ella había obtenido para ellos y para todos los que la honraban. Era un «signo de salvación», una «salvaguardia en peligro» y una «promesa especial de paz y protección hasta el fin de los tiempos». Diciéndole: «Este será el privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriera con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriere se salvará». Los problemas que enfrentaron los carmelitas cesaron y la devoción al escapulario se extendió rápidamente. Muchos milagros se han relacionado con el uso del escapulario.

En otra aparición al Papa Juan XXII la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlas al cielo, creencia que ha sido respaldada por los Pontífices. La iconografía principal de la Virgen la muestra portando dicho escapulario.

La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se difundió por toda Europa y contó con Santos de la talla de San Juan de la Cruz y Santa Teresa; no es extraño que llegara a América y acompañara el despertar a la fe de nuestros indígenas que la veneraron desde mediados del siglo XVI.

El Escapulario

Es un signo externo, sacramental, que presupone una vida de gracia. La preparación conveniente, consiste en:

  1.  Ser muy devotos de la Santísima Virgen María, en especial bajo la advocación del Carmen.
  2. Participar en todas las ceremonias que se realizan en su honor.
  3. Saber que es un compromiso de por vida, una Alianza entre Nuestra Señora y el que lo recibe.
  4. Tener una conducta de acuerdo a las normas y leyes de la Iglesia.
  5. Unas de las condiciones primordiales impuestas por la Santísima Virgen del Carmen, es el uso permanente de este escapulario, o la medalla que lo reemplazó. Ésta debe ser con la imagen de la Virgen y el Sagrado Corazón en el reverso.
  6. Todas las personas que conforman la Hermandad del Carmelo, prometen rezar el Santo Rosario diariamente o al menos 3 Avemarías en honor a su Patrona.

Promesa de salvación.

Se requiere:

  • Tener impuesto el escapulario. (Basta hacerlo una sola vez).
  • Llevarlo puesto. Puede sustituirse por una medalla. Tanto la medalla como el escapulario deben estar bendecidos.
  • Devoción a María; procurar imitarla; desear ser buenos hijos suyos. El escapulario son dos trocitos de tela que simbolizan una vestimenta. Y quien viste el hábito de María debe vivir como Ella, ejercitando las virtudes cristianas. De modo que el hábito-vestido vaya unido al hábito-virtud.

Promesas:

La promesa de la Virgen del Carmen a San Simón Stock fue que quien muriese con el escapulario no padecerá del fuego eterno. En otra aparición al Papa Juan XXII, prometió sacar del purgatorio a las almas que muriesen piadosamente, con el escapulario, en el sábado siguiente a su muerte.

Indulgencia plenaria:

Se puede ganar indulgencia plenaria, quienes lleven el escapulario del Carmen, se unan a la familia carmelita y pueden ganar indulgencia plenaria el día en que le imponen el escapulario y los días:

  • el día en que se recibe el escapulario
  • en la Solemnidad de la Santísima Virgen del Carmen: el 16 de julio.
  • en la Festividad de San Simón Stock: el 16 de mayo.
  • en la Festividad de San Elías, Profeta: el 20 de julio.
  • en la Festividad de Santa Teresa de Jesús: el 15 de octubre.
  • en la Festividad de San Juan de la Cruz: el 14 de diciembre.
  • en la Festividad de Santa Teresita del N. Jesús: el 1 de octubre
  • en la Festividad de todos los Santos de la Orden: el 14 de noviembre.

 

ORACIÓN A NUESTRA SEñORA DEL CARMEN

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario, por lo que su Divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo, el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que te pido, si conviene para su mayor honra y gloria y bien de mi alma; que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa.

Quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente y uniendo mi voz con sus afectos, te saludo una y mil veces diciendo: (Tres Avemarías).

Virgen Santísima del Carmen, yo deseo que todos sin excepción, se cobijen bajo tu sombra protectora de tu Santo Escapulario y que todos estén unidos a Ti Madre Mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida insignia.

¡Oh Hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante su sagrada imagen y concédenos benigna tu amorosa protección. Te encomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre el Papa y la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos.

Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu Divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre Mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Amén.

 

SÚPLICA PARA TIEMPOS DIFÍCILES

Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén.