Historia

En 1542, un sacerdote español Fray Miguel de Bolonia trajo una pequeña estatua de la Virgen de la Inmaculada Concepción al pueblo de San Juan Bautista Metzquititlán, México. Tenía la intención de usar la pequeña figura para promover las enseñanzas de la Inmaculada Concepción. En 1623, un grupo de acróbatas vino a actuar en la ciudad. Ellos colocaron espadas en el suelo para aumentar la emoción de su acto. Durante la rutina, su hija de seis años cayó y, atravesada por las espadas, fue mortalmente herida.

La llevaron a la capilla de Nuestra Señora de San Juan y la esposa del cuidador le pidió a la familia que rezara para que Nuestra Señora la salvara. Rezaron ante la imagen y la niña se recuperó sin dejar una sola cicatriz en su cuerpo. Agradecido a Nuestra Señora, el padre llevó la estatua deteriorada, hecha de tallos de maíz y pegamento, a un artista local para su reparación. Después de devolver la estatua a la Capilla, fue a pagarle al artista por su trabajo, pero el hombre no estaba en ninguna parte. Ese mismo año, la ciudad cambió su nombre a San Juan de Los Lagos. La estatua comenzó a ser venerada inmediatamente y los peregrinos vinieron de todas partes rezando y buscando curaciones y favores.

La estatuilla de Nuestra Virgen de San Juan mide 33 centímetros y fue amasada con pegamentos y pulpa de caña de maíz de Michoacán. Su carne ligera y sólida está intacta a pesar de sus 500 años de vida. Ha sido restaurada en 1623, 1710 y 2005 en su pintura, cara y manos, pues ha sido desgastada por las tantas caricias de sus devotos. El 8 de diciembre de 1666 el Sr. Obispo de Guadalajara Don Francisco Verdín de Molina hizo oficial este título.

Con los peregrinos, vino un flujo constante de regalos y la construcción de una Iglesia comenzó en 1732. La Virgen, de solo 12-15 pulgadas de altura, fue instalada en 1769. En el tiempo continuó, la Iglesia fue reconformada como una Basílica en 1972.

Miles de peregrinos viajan al santuario cada año a finales de enero y principios de febrero. Muchos hacen promesas de caminar desde todo México a cambio de la curación de sus seres queridos.

San Juan de los Lagos es el segundo santuario más visitado en México. Siete Millones de peregrinos visitan cada año a Nuestra Señora de San Juan, solitarios o en procesión y es así como cada fin de semana se encuentra un pueblo peregrino lleno de esperanza a que Nuestra Madre escuche sus ruegos para la intercesión de sus dolencias pues Nuestra Señora de San Juan es un incontenible torrente de Milagros.