Maria Madre de la Iglesia

Maria Madre de la Iglesia

Ficha Técnica

  • Fiesta: Siguiente Lunes, después de Pentecostés.
  • Patrona:Iglesia Universal
  • Advocación:Dones o Atributos.
  • Significado del Nombre: Madre de todo el pueblo de Dios.
  • Aprobación: Santa Sede (Vaticano).

Sipnosis

María Madre de la Iglesia es el título que se le da al ser Madre de Cristo, madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia, que forman con Cristo un solo Cuerpo Místico. En el 2018 por primera vez se celebró la memoria de la Santísima Virgen María Madre de la Iglesia, cuya fecha fue establecida el lunes siguiente a Pentecostés.

Nuevo Testamento

María, en el centro del grupo, entre Pedro y los Apóstoles.Si conocemos el comienzo del Evangelio de Lucas, que ha centrado los dos primeros capítulos en la Maternidad divina de María. Y en los Hechos de los Apóstoles, podemos ver a María en el centro del grupo. Pedro y los Apóstoles son la cabeza que rigen y gobiernan, María es el corazón que llena de calor a la primera comunidad cristiana. Los Hechos la presentan al frente de la fe y de la oración, alentando la unión de los discípulos, primero esperando la venida del Espíritu y después viviendo el fuego de Pentecostés, enlazando a la primera iglesia, unidos en Pedro su cabeza.

Todos los especialistas de la Biblia nos hacen ver que lo que sabemos de Jesús por Mateo y Lucas en sus primeros años tiene como fuente única a la Virgen María. Sólo Ella, era la depositaria de unos hechos de Jesús desconocidos para todos. Únicamente su Madre, que había observado, meditado y guardado todo en su corazón, podía transmitirlo a la Iglesia. María, que cuidaba de Juan como de un hijo, volvió a llevar en Jerusalén, la vida escondida de Nazaret, metida en los quehaceres de casa como cualquier otra mujer, pero conocida ahora como La Madre del Señor Jesús, querida y venerada de todos.

María, que siguió muchos de los caminos de Jesús por Galilea, seguía ahora las actuaciones de los apóstoles de su Jesús, a los que decía – “Haced lo que Jesús os diga, cumplid todo lo que Él os enseñó.” Ahora ya no había misterios sobre Jesús, y María; los apóstoles no podían sino amarse con el mismo Corazón del querido Hijo y adorado Maestro.

 

Historia de una Madre para la Iglesia de Dios

Madre de la Iglesia es un título con el que la Iglesia católica honra a la Virgen María, de modo oficial, desde el Concilio Vaticano II. El título ya era usado por San Ambrosio de Milán (338-397), y recientemente usado con más frecuencia por Hugo Rahner (Teólogo Alemán Siglo XX). La mariología de San Ambrosio de Milán, ve a María en su papel de madre dentro de la realidad de la Iglesia.

Papa León XIII exalta a María en la encíclica Adiutricem como la Madre de la Iglesia, la Maestra y Reina de los Apóstoles.

Pablo VI que, citando a Ambrosio de Milán, declaró a María “Madre de la Iglesia” el 21 de noviembre de 1964, al finalizar la tercera sesión del Concilio Vaticano II.” Oyéndose en la Asamblea Conciliar la ovación más larga de todo el Concilio. El papa Pablo VI usó su mismo lenguaje, llamando a María “Modelo de la Iglesia” en atención a su fe, amor y plena unión con Cristo, su Hijo; y “Madre de la Iglesia” por el hecho de dar a luz a Cristo, Cabeza del Cuerpo místico, que conforma su Iglesia.

Los Papas San Juan Pablo II y Benedicto XVI, han tenido la misma visión, este último en específico acreditó la postura de Hugo Rahnrer diciendo «El gran logro de Hugo Rahner fue su redescubrimiento en los Padres (de la Iglesia) de la indivisibilidad entre María y la Iglesia.»

Mater EcclesiaeEn 1980, durante el Congreso Universitario UNIV, que es un encuentro de universitarios realizado en Roma durante la Semana Santa; un joven logró decir al Papa que no había encontrado ninguna imagen de la Virgen en la Plaza de San Pedro. De hecho, aunque haya 162 estatuas de santos en la Plaza, ninguna de ellas retrata a la Virgen María. El Papa le contestó «entonces habrá que completar la Plaza». A pedido del Beato Álvaro del Portillo -sucesor de San Josemaría Escrivá fundador del Opus Dei- el arquitecto español Javier Cotelo buscó una solución arquitectónica para la imagen, y se la sugirió al Papa en dos momentos: en julio de 1980 y enero de 1981. El 7 de diciembre de 1981, se instaló un mosaico dedicado a María Mater Ecclesiae -Madre de la Iglesia- en una antigua ventana de edificio localizado entre la Plaza de San Pedro y el Cortile de San Damaso, de manera que se la pueda ver desde toda la Plaza. El mosaico fue hecho en el taller de mosaicos del Vaticano. Juan Pablo II Madre de la IglesiaEl día siguiente, 8 de diciembre de 1981 -fiesta de la Inmaculada- el Papa San Juan Pablo II bendijo el mosaico desde su ventana, como la última piedra de la Plaza de San Pedro. En 1987 el papa Juan Pablo II repitió este título de “Madre de la Iglesia” en su Carta Encíclica Redemptoris Mater y en una audiencia general el 17 de septiembre de 1997.7 La Encíclica es un extenso y elocuente sumario de mariología moderna.

El Papa Benedicto XVI dirige su atención a la relación existente entre la mariología católica y la eclesiología: «A primera vista, dice él, puede parecer accidental que el Concilio tratara la mariología dentro de la eclesiología. Esta relación ayuda a entender lo que la Iglesia es realmente. El teólogo Hugo Rahner mostró que la mariología en su origen era eclesiología. La Iglesia es como María».
La Iglesia es virgen y madre, es inmaculada y lleva el peso de la historia. Ella sufre y es asunta a los cielos.

 

EstablecIendo la Festividad.

En 2018 fue la primera vez que se celebró la memoria de la Santísima Virgen María Madre de la Iglesia, cuya fecha fue establecida el lunes siguiente a Pentecostés. El Vaticano estableció la memoria a través de un Decreto de la Congregación para el Culto Divino firmado el 11 de febrero de 2018.

El documento sostiene que el Papa Francisco “consideró atentamente que la promoción de esta devoción puede incrementar el sentido materno de la Iglesia en los Pastores, en los religiosos y en los fieles, así como la genuina piedad mariana”.

En el decreto, la misma Congregación señala que “esta celebración nos ayudará a recordar que el crecimiento de la vida cristiana, debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de Cristo en el banquete eucarístico, y en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos”.
“La gozosa veneración otorgada a la Madre de Dios por la Iglesia en los tiempos actuales, a la luz de la reflexión sobre el misterio de Cristo y su naturaleza propia, no podía olvidar la figura de aquella Mujer, la Virgen María, que es Madre de Cristo y, a la vez, Madre de la Iglesia”, precisa el texto.

Finalmente, María es nuestra Madre porque Cristo nos la dejó como Madre, en la cruz. Cristo le dice a San Juan: “Ahí tienes a tu Madre” (Jn 19, 27). En San Juan estamos simbolizados todos nosotros. Según el testimonio de la tradición cristiana, confirmado por innumerables documentos del Magisterio de la Iglesia, San Juan representaba en aquellos momentos a toda la Humanidad redimida por Cristo. Cristo asumió la naturaleza humana en el seno dvirginal de María, se unió como cabeza a su Cuerpo Místico, que es la Iglesia.

La piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen es un elemento intrínseco del culto cristiano, cumpliendo así la profecía de la Virgen, que dijo: “Todas las generaciones me llamarán Bienaventurada» (Lc 1,48).

En 1980 el título mariano de Madre de la Iglesia se agregó a las Letanías Lauretanas con la aprobación del Papa.

Oración a Maria Madre de la Iglesia

Madre, hoy vuestro hijo te pide desde la humildad
de mi débil corazón,
que me protejas de todo mal, De toda tentación,
para poder seguir el camino que nos dejo
vuestro amado hijo Jesús.
Para poder alcanzar la luz del más puro e infinito amor,
de vuestro amado Señor.
Madre, no nos dejes solos en este valle de lágrimas
y protégenos de todo mal.
Que podamos, por tu intercesión, alcanzar un día la luz eterna
y poder ingresar al Reino de los Cielos bajo tu amada protección.
Madre, enséñame a vivir ayudando a todos mis hermanos,
A aquellos que padecen enfermedades del alma y corporales.
Enséñame a darles fuerza para seguir el camino de la fe,
y haced de mí un instrumento del amor.
Concédeme la humildad, y la sabiduría para poder ser
el más pequeño de todos mis hermanos.
Madre, deja que pueda vivir junto a los que sufren,
llevarles la palabra vivificadora de tu amado hijo.
Y pueda ser instrumento de paz, armonía y misericordia para sus almas.
Madre, enséñame a perdonar a aquellos que me agreden,
y que pueda amarlos,
para que de esa forma encuentren la luz de tu divino corazón.
Madre, tú que eres MADRE DE LA IGLESIA,
y proteges a todos vuestros hijos bajo tu manto de misericordia y amor,
os pido me concedáis la gracia del perdón.
Y que junto a Cristo Jesús,
pueda vuestro humilde servidor un día gozar junto a los
Santos amados, Arcángeles y Ángeles, del Reino eterno de Dios.
Madre ruega por mí, y concédeme tu eterno amor. Amén.