Según la tradición, las mujeres piadosas de Jerusalén le pidieron a San Lucas que hiciese una pintura de la Madre de Dios; fue la parte superior de una mesa hecha por Jesús la que el Apóstol utilizó para pintar la imagen. Mientras aplicaba los broches y la pintura, San Lucas escuchó a María contar la vida de su hijo; información que usó más tarde al escribir su Evangelio.Leer Más: