Ficha Técnica
- Fiesta: Enero 21
- Patrona: Higüey, Republica Dominicana.
- Advocación: Imagen.
- Significado del Nombre: La gracia más alta jamás otorgada a un ser humano, ser la Madre de Dios.
- Aprobación: Santa Sede (Vaticano).
- Website: http://www.basilicadehiguey.do/
Nuestra Señora de la Altagracia es la Protectora del Pueblo Dominicano, sin embargo, la presencia del culto a la Virgen de Altagracia en este país, sencillamente, es insólito ya que es difícil encontrar una iglesia a lo largo y ancho del territorio nacional que no ostente su imagen.
Historia
Existen varias versiones sobre el origen y la llegada de Nuestra Señora de la Altagracia a la República Dominicana y el porqué de su veneración en el país. Esta devoción se inició en el país durante el período colonial, cuando los viajes de Cristóbal Colón, aunque también fue paseada por otras regiones del mundo.
Versión 1
Algunos historiadores y párrocos de la Iglesia Católica mencionan que a partir del 12 de mayo de 1502 se construye una parroquia en la Villa de Salvaleón de Higüey, bajo las órdenes del obispo de Santo Domingo García Padilla, ya que en esa época habían llegado a Higüey los hermanos Trejo: Alonso y Antonio, quienes habrían traído la imagen de la Virgen de la Altagracia al país; éstos provenían de Plasencia, localidad de la Comunidad Autónoma Extremadura, España; Los investigadores pueden demostrar que los hermanos vivieron en Higüey, desde 1508. Hay siete u ocho documentos que lo confirman, pero en España no hay ni la más mínima pista de su existencia: es un misterio.
Leyenda
La leyenda surge debido a vacíos en la historia y, unida a los datos históricos, nos dan una percepción de lo que fue la realidad. La leyenda y la historia se complementan.
Se cuenta la historia de que la devota hija de un rico mercader pidió a este que le trajese de Santo Domingo un cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia. El padre trató inútilmente de conseguirlo por todas partes; ni clérigos ni negociantes, nadie había oído hablar de esa advocación mariana. Ya de vuelta a Higüey, el comerciante decidió pasar la noche en una casa amiga. En la sobremesa, apenado por la frustración que seguramente sentiría su hija cuando le viera llegar con las manos vacías, compartió su tristeza con los presentes relatándoles su infructuosa búsqueda.
Mientras hablaba, un hombre de edad avanzada y largas barbas, que también iba de paso, sacó de su alforja un pequeño lienzo enrollado y se lo entregó al mercader diciéndole: «Esto es lo que usted busca». Era la Virgen de la Altagracia. Al amanecer el anciano había desaparecido envuelto en el misterio. El mercader llevó el cuadro a su casa, y después de la hija recibir su regalo lo colgó en la sala principal. Al día siguiente el lienzo no aparecía. Se lo encontró de nuevo en la copa de un naranjo. En los próximos días se repitió la desaparición una y otra vez. El «Antiguo Santuario» está construido donde se ubicó el naranjo.
La imagen muestra a María cuidando al Niño Jesús, lo que mucha gente local cree que simboliza a la Virgen cuidando la isla y el crecimiento del cristianismo.
Versión 2
Otra versión es la del canónigo Luís Gerónimo de Alcocer, quién escribió acerca de la llegada de la Virgen a la colonia. En su relación de 1650, De Alcocer dice lo siguiente:
“La imagen milagrosa de nuestra Señora de la Altagracia está en la villa de Higüey, como treinta lenguas de la Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor a obrado y cada día obra con los que se encomiendan a su Santa imagen: consta que la trajeron a esta isla dos hidalgos naturales de Paciencia en Extremadura, nombrados Alonso y Antonio de Trejo que fueron de los primeros pobladores de esta isla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don Felipe Primero, año de 1506, en que encomienda al Gobernador de esta isla que los acomode.
El Cuadro
El cuadro mide unos 42 centímetros de ancho por 54 centímetros de alto y muestra a la «mujer» de Apocalipsis 12:5 que acaba de dar a luz un Hijo, con San José al lado. Tiene la corona de 12 estrellas, simbolizando los doce apóstoles; muestra la “alta gracia” de María, ser Madre de Dios, reina de la iglesia y del cielo, simbolizado por las estrellitas de su manto.
El lienzo, que muestra una escena de la Natividad, fue exitosamente restaurado en 1978, pudiéndose apreciar ahora toda su belleza y su colorido original, pues el tiempo, con sus inclemencias, el humo de las velas y el roce de las manos de los devotos, habían alterado notablemente la superficie del cuadro hasta hacerlo casi irreconocible.
El marco que sostiene el cuadro es posiblemente la expresión más refinada de la orfebrería dominicana. Un desconocido artista del siglo XVIII construyó esta maravilla de oro, piedras preciosas y esmaltes, probablemente empleando para ello algunas de las joyas que los devotos han ofrecido a la Virgen como testimonio de gratitud.
El cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia fue pintado probablemente en Sevilla en los primeros quince años del siglo XVI (es decir entre 1500 y 1515). Ha tenido cinco restauraciones de importancia, la última en 1978. Es un lienzo español tipo «Belén», con influencia flamenca, típico de los siglos XV y XVI, con un elemento distinto y único: el rayo de luz.
Es una expresión plástica, del dogma de la «Maternidad Divina». María es la Madre de Dios, de allí el título de «Altagracia», porque la gracia más alta jamás otorgada a un ser humano es la de ser la Madre de Dios.
A la vez es una explicación del dogma de la «Virginidad Perpetua». María es virgen antes, durante y después de dar a luz a Jesús. Un autor del siglo Vl explica: «Como un rayo de luz traspasa un cristal sin dañarlo de manera alguna, igual un rayo de luz más blanco que la nieve traspasa la Virgen para dar a luz a Jesús, Dios en medio de nosotros».
Así que, el cuadro nos hace testigos oculares del momento del nacimiento. Lo que parece un delantal es el «rayo de luz más blanco que la nieve». El Mesías traspasa, sin dañar de manera alguna a la Altagracia quien, recogida y arrodillada, está contemplando tiernamente al Hijo de Dios.
El cuadro es también un ícono. No hay un elemento, un color ni una relación que no tenga su significado. Efectivamente hay 62 distintos símbolos en el cuadro. Se puede meditar sobre los siguientes:
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- La Estrella de Belén (es la Navidad) tiene ocho puntas (símbolo del cielo) con dos rayos extendiéndose hacia el pesebre: Dios Padre está bendiciendo a su Hijo.
- Por encima de la Virgen hay doce estrellas (son las tribus de Israel y, a la vez, los apóstoles de Jesús). María es el puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
- Alrededor de María hay un resplandor (cf. Apocalipsis 12, 1). Ella lleva una corona por ser la Reina del Cielo, y un velo sobre la cabeza porque está casada. Está vestida de rojo, porque es un ser humano, y cubierta de blanco por ser sin pecado concebida. Lleva un manto azul celestial salpicado con estrellas porque «el poder del Altísimo vendrá sobre ti».
- San José está vestido al revés. Tiene el azul de su santidad escondido bajo un manto rojo por ser de este mundo, y lleva una vela para dar luz a su esposa, y a las necesidades materiales de las cuales es patrono.
- El niño Jesús está durmiendo (y está muerto) pero despertará (y resucitará), sobre un pesebre que es, a la vez, un altar (y su sepulcro).
- Atrás hay una columna, señal de que estamos en un templo. La cueva es un templo porque allí habita Dios mismo: el niño Jesús.
- Las hendiduras en el techo, arriba a la izquierda, nos dicen que el mundo está decayendo, pero Jesús ha venido para restaurarlo.
- Encima de todo, es milagrosa
Algunos Datos:
- Por confusión, muchas personas piensan que es la Patrona del país; la Virgen de las Mercedes es la Patrona.
- El 19 de septiembre de 2001 la base de datos de la «Junta Central Electoral» nos informó que una de cada 13 mujeres dominicanas se llama «Altagracia».
- Unos 350,000 turistas visitan a la Basílica cada año. Además, unos 800,000 peregrinos – es decir el equivalente a 10% de la población del país – pasan por la Basílica de Higüey cada año.
- Desde hace 500 años Nuestra Señora de la Altagracia está intercediendo ante su Hijo Jesús para que intervenga en nuestra vida cotidiana.
- En la actualidad, casi no existe una familia dominicana en donde no se encuentre un testimonio de la intercesión de «Tatica», Nuestra Señora de la Altagracia.
- El primer documento que tenemos que habla de la Altagracia, en 1569, menciona tres milagros. Y desde entonces han sido incontables.
- Se celebró una misa el 21 de enero de 1692, para dar gracias a la Altagracia por haber protegido a los voluntarios que participaron en la batalla feroz y sangrienta de «La Limonade». Todos volvieron a casa sanos y salvos sin rasguño alguno. ¡Era un milagro patente! Desde entonces se ha celebrado la fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia en el aniversario de este milagro.
- Hoy día hay al menos una religiosa «de servicio» en la basílica diariamente para recibir las promesas y anotar los milagros otorgados por la intercesión de la Altagracia.
Coronación Eclesiástica
Nuestra Señora de la Altagracia ha tenido el privilegio especial de haber sido coronada dos veces por las máximas autoridades de la Iglesia Católica, el Papa Pío XI y Juan Pablo II.
Su primera coronación fue el 15 de agosto de 1922, cuando el pontífice Papa Pío XI se encontraba en el país, y desde el Baluarte 27 de febrero, hoy Puerta del Conde, la Altagracia fue canónicamente coronada bajo el título de Nuestra Señora de la Altagracia.
Durante la primera visita del Papa Juan Pablo II, el 25 de enero de 1979, este bendijo el Santuario de la Altagracia, hoy Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia, y el 12 de octubre de 1992, en su segunda visita al país, el papa Juan Pablo II coronó personalmente a la imagen de La Altagracia con una diadema de plata sobre dorado.
Oración a Nuestra Señora de la Altagracia
Oh Señora y Madre mía de Altagracia.
Con filial cariño vengo
A ofrecerte en este día
Cuanto soy y cuanto tengo:
Mis ojos para mirarte
Mi voz para bendecirte
Mi vida para servirte,
Mi corazón para amarte
Acepta, Madre, este don
Que te ofrenda mi cariño
Y guárdame como a un niño
Cerca de tu corazón.
Que nunca sea traidor
Al amor que hoy me enajena
Y que desprecie sin pena
Los halagos de otro amor.
Aunque el dolor me taladre
Y haga de mí un crucifijo
Que yo sepa ser tu hijo,
Que sienta que tú eres mi Madre.
En la dicha, en la aflicción
En mi vida, en mi agonía
«mírame con compasión
No me dejes Madre mía».
Salve a Nuestra Señora de la Altagracia
Salve, Madre adorada
Salve, Virgen de Altagracia
Salve, te cantan ¡Oh Reina!
Tus hijos de Siruela,
Te dignaste Madre querida
Plantar tu trono
De amor y paz
Entre tus hijos de este pueblo
Que te aclaman con fe y lealtad
Sed pues Señora
Nuestra abogada
Acá en la tierra
Y en la eternidad
Para que juntos
Vivamos siempre
Por los siglos de
Los siglos. Amén